LAS PARAMITAS O PERFECCIONES


Las paramitas, o Perfecciones

Son formas de actuar cuya puesta en práctica conduce a la libertad y la felicidad. Su cultivo es básico para la práctica budista. Cada paramita tiene su plasmación en una de las vidas anteriores de Buda, recogidas en las narraciones que reciben el nombre de jatakas.




Las 10 paramitas

Virtud

Concepto

DANA

Donación

Cualquier tipo de ayuda al prójimo

SILA

Moralidad

Buenos modales, autodisciplina y cortesía

NEKKHAMA

Renuncia

Alivio, libertad y autentica felicidad

PANNA

Sabiduría

Aprehender la paz y la verdad

VIRIYA

Energía

Abandonar la pereza y la indecisión

KHANTI

Paciencia

Flexibles, tolerantes y afectuosos

SACCA

Sinceridad

Sinceridad con los demás y con nosotros

ADHITTAMA

Las cuatro determinaciones

La verdad, la renuncia y la calma

METTA

Buena Voluntad

Bondadosos, lo mejor para todos los seres

UPEKKHA

Ecuanimidad

Indiferencia y el no miedo

 
 
La primera paramita DANA, la paramita de la donación, como a lo no material: cualquier tipo de servicio, la ayuda al prójimo, la enseñanza del Dharma, y (lo más importante de todo) entregarnos plenamente a lo que hacemos en todo momento.


La segunda paramita SILA (moralidad) significa actuar siempre de acuerdo con preceptos éticos, la contención de los sentidos y pasiones, buenos modales, autodisciplina, cortesía, consideración y amabilidad. Sila es también la práctica cotidiana de la conciencia sostenida y el cultivo de la atención en todas las acciones.


 La tercera paramita, el propio Buda admiro que antes de su iluminación la idea de renunciar a los placeres mundanos no agradaba a su corazón. Al final comprendió que era porque aun no había vivido sin ellos. La práctica de la renuncia (nekkhama) reduce el peso de la experiencia sensual, proporcionándonos alivio, libertad y autentica felicidad.


La paramita de la sabiduría (en pali panna) consiste en ver la autentica naturaleza de las cosas, dejando de estar contaminado por sesgos personales. La sabiduría nos permite vivir de acuerdo con las cosas como son y aprehender la paz interna y la verdad.


La quinta paramita, la energía ( VIRIYA) nos anima a abandonar pereza y la indecisión. El temor de no conseguir lo que se quiere puede originar reticencia a entregarse de lleno a los desafíos de la vida. El VIRIYA contrarresta este miedoso "no pobre" y transforma el corazón.


La sexta paramita la paciencia (KHANTI) está considerada como el medio para superar la ira, la mala voluntad y el odio, conservar la paz y la tranquilidad internas y tolerar lo intolerable. La paciencia es una de las prácticas de las que más se ha escrito en todo el budismo. Calmando las pasiones, atenuamos nuestro sentido ilusorio dl "yo", del "mi" y del lo "mío", haciéndonos flexibles, tolerantes y afectuosos.


La séptima paramita SACCA es sinceridad con los demás, pero también con uno mismo; sinceridad sobre lo que anhelan verdaderamente nuestros corazones, y sinceridad de buscarlo con toda el alma. Si no somos sistemáticos, o solo pretendemos que se nos elogie, nunca obtendremos resultados fidedignos.


La octava paramita, para cumplir un objeto, sea el que sea, necesitamos determinación. Esta paramita, llamada ADHITTANA , a veces recibe el nombre de "las cuatro determinaciones": por el criterio, por la verdad, por la renuncia y por la calma. También está relacionada con la perseverancia hasta alcanzar la libertad y la felicidad.


La novena paramita, la benevolencia (METTA) SIGNIFICA "BUENA VOLUNTAD" EN TODOS NUESTROS ACTOS. Si evitamos que nuestro corazón se contamine de deseos, queremos lo mejor para todos los seres y les damos amor, nuestros actos serán bondadosos, y útiles en el sentido más profundo.
Lejos de ser sinónimo de indiferencia, la ecuanimidad (UPEKKHA) hace referencia a la imperturbabilidad y es uno de los estados divinos o Brahma viharas. También se considera uno de los peldaños hacia la iluminación. Solo cuando se ha vencido realmente al "yo" deja de existir el miedo. Entonces todos los actos nacen de ese estado de ecuanimidad, de conciencia y presencia totales, y por lo tanto de adecuación completa a cada situación.
Budismoyae.